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La virtualización de las aplicaciones consiste en aislar el componente «lógica de la aplicación» del componente sistema operativo.
El objetivo de esta virtualización es conseguir que las aplicaciones puedan funcionar con independencia de las características concretas del entorno en que se ejecutan. De este modo se eliminan los problemas de compatibilidad entre aplicaciones, o entre componentes de aplicaciones, y otros errores típicos de la ejecución concurrente de aplicaciones.
La virtualización de aplicaciones no virtualiza la presentación, es decir, el usuario sigue interactuando directamente con el equipo en que se ejecuta la aplicación virtualizada. Para conseguir su objetivo, la virtualización de aplicaciones crea un entorno específico de ejecución para cada instancia de aplicación. Cualquier recurso que la aplicación tenga que necesitar (dll, claves de registro, controles ActiveX …) está disponible de manera exclusiva para ella.
Otros tipos de virtualización, como la de hardware o la de presentación, pueden resolver problemas de compatibilidad de aplicaciones con sistemas operativos, la virtualización de aplicaciones se usa para resolver problemas de incompatibilidad entre aplicaciones que se tienen que ejecutar en el mismo entorno hardware y de sistema operativo.
Coincidiendo con la actualización de los PC del inLab y de la administración de la FIB, se desarrolló este proyecto para tener una imagen de Windows 7 con aplicaciones virtualizadas (conocidas como «capas») que el propio usuario puede activar o desactivar sin necesidad de ser administrador de la máquina. Esto ha funcionado como prueba piloto para poder utilizar la misma tecnología de forma masiva en las aulas informáticas de la facultad.
Este proyecto se ha realizado en colaboración con Symantec. Desde el inLab se han descubierto incompatibilidades del software de virtualización en Windows 7, que han sido resueltas gracias a nuestra experiencia.